viernes, 11 de septiembre de 2015

LAS TORRES GEMELAS 53


Agradecemos la paciencia de nuestros seguidores y pedimos disculpas por el tiempo transcurrido desde nuestra última entrega. Problemas de salud (o amenazas a nuestra seguridad) han impedido la continuidad del blog. 

Dejamos a la imaginación del lector las causas reales y reanudamos la entrega de información sobre este suceso acaecido hace ya catorce años, pero cuyas consecuencias aún se mantienen latentes en el panorama político-económico, no sólo de medio oriente y Estados Unidos, sino de Europa entera que lo ha visto convertirse en un conflicto social de consecuencias inimaginables.







CAPITULO 53

El 12 de Septiembre, luego de un inicio dubitativo, mientras las damas recopilaban información por medio de la televisión e internet, los dos ecuatorianos decidieron hacer un nuevo reconocimiento del escenario.

Las fotos mostradas en el capítulo anterior, les iban a costar caras a nuestros protagonistas. Las órdenes del gobierno de George W. Bush eran precisas: no había que mostrar cadáveres y estaba prohibido difundir imágenes de rescatistas llorando.

En medio del desorden que reinaba en el escenario, habían agentes de civil y policías uniformados tratando de impedir que se tome  fotografías de los muertos o de los socorristas horrorizados.

Cuando llegaron cerca del epicentro, después de esquivar a quienes huían desesperados, pudieron apreciar un cerco que trataban de formar agentes de civil, que Alex sospechó eran del FBI, pero después se enteró de que eran miembros de la FEMA (Agencia para el Manejo de Situaciones de Catástrofe, siglas en inglés) que se desplegaron en el lugar de los hechos. Por una feliz casualidad habían llegado a Nueva York el día anterior y se disponían a realizar al día siguiente un simulacro de ataque biológico o químico en el WTC.

Para Alex, esto también estaba planificado con anterioridad, para poder tener a mano a gente especializada que ayude a rescatar a los que puedan sobrevivir. Era una demostración clara del espíritu humanitario del gobierno: matamos algunos pero responsablemente nos preocupamos por el rescate de los que logren sobrevivir.
Todos los servicios de urgencia se activaron inmediatamente, salvando numerosas vidas.

La FEMA estaba bajo la dirección de Joe Allbaugh, tesorero de la campaña electoral de George W. Bush.

El epicentro, que dos días antes había sido la plaza del World Trade Center, era ahora un gigantesco cráter humeante, donde la temperatura  era tan alta que resultaba temerario acercarse.

Aun así, pudieron apreciar un grupo de civiles, que trataba de obtener restos de las edificaciones y que eran impedidos de hacerlo por guardias de civil.

Eran miembros de una asociación de Ingenieros y Arquitectos que habían entrado en sospechas sobre la realidad de los hechos y recolectaban fragmentos  de los edificios, pequeños trozos de hormigón o acero, para someterlos a estudios técnicos, que ayuden a clarificar el origen verdadero de la demolición de las torres.


Según ellos, era imposible que el impacto de los aviones sea la causa para el derrumbamiento de los edificios. Desde el punto de vista técnico de ingenieros, arquitectos y especialistas en demolición, había que buscar otra causa para el colapso.