jueves, 12 de marzo de 2015

LAS TORRES GEMELAS

 
CAPITULO 1

Nueva York 25 de Julio de 2001

Los ecuatorianos residentes en Nueva York, organizan todos los años una serie de programas para celebrar las fiestas Patrias del 10 de Agosto.
En este año 2001 no podía ser de otra manera. Por eso, con la debida anticipación Wilfrido Cajas que ya vive ocho años en la gran manzana, decidió, luego de consultar con Mariana su mujer, invitar a su querido primo Alex Sigilo a pasar las fiestas patrias en Nueva York.

Siempre se habían llevado bien, durante una época incluso habían sido compañeros de parranda, pero desde que Wilfrido vino a vivir en los Estados Unidos, no se volvieron a juntar.

Es difícil regresar a la patria de uno, especialmente, cuando no se tienen los papeles en regla y cuando el valor del viaje incluye pasajes, estadía, regalos, farras, y demás. Esto se convierte en un monto considerable; peor aún si estamos hablando de dos personas.

Imposible, ni soñarlo que la Mariana le deje ir solo al Wilfrido al Ecuador: “­—Ni que estuviera loca—“, “—Primero muerta—“,”—Para que enseguida vayas a buscar a la pilla de la López—“.

Esas y otras expresiones pasaban por la mente de Wilfrido, mientras pensaba que en el fondo Mariana tenía razón. Así que nunca se lo propuso en ocho años. Pero esto era diferente, invitarían a Alex, le buscarían una amiga que le haga compañía, saldrían siempre los cuatro y pare de contar.


Quito 25 de Julio de 2001

La llamada de su primo Wilfrido tomó a Álex de sorpresa:
— ¿Y eso?—
— ¿Cómo así pues?—

No le vendrían mal unas vacaciones, necesitaba un descanso después del movido año anterior en que lo hicieron trabajar en lo de Gutiérrez, en lo del Plan Colombia.
Pero eso era historia antigua, ahora lo importante era aprovechar la invitación de su primo, hacer las maletas y disfrutar de unos días de paz y tranquilidad en Nueva York.
Desde que se divorció de su mujer  hace siete años, se había encerrado en su trabajo y ni siquiera había pensado en tomarse unas vacaciones, peor con la cantidad de problemas laborales que había tenido. Así que sin pensarlo dos veces, agradeció a Wilfrido la invitación y salió presuroso a una agencia de viajes.

Álex tomo un vuelo de Copa que salía de Quito, el sábado 4 de agosto y llegó al  Aeropuerto Kennedy a las 3:45 del domingo 5.

Ahí lo esperaba el Wilfrido emocionado. Lo primero que hizo fue reclamarle, porque debía haber llegado al Aeropuerto de La Guardia y no al Kennedy por la distancia y la hora.

Explicado que la línea aérea que tomó era la más conveniente desde el punto de vista económico y que ese era el aeropuerto de destino, a regañadientes el Wilfrido que no cabía de la emoción, lo llevó a la casa. Entre llegar, saludar a la Mariana, tomar un baño, dormir una siesta y cambiarse de ropa le tomó ocho horas, a las doce y cuarenta y cinco minutos, Álex estaba listo para la acción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario