Luis Ponce Sevilla
Caminaba anteayer por la cornisa
De la razón, pateándole al destino
Y por el mismo costado del camino
Deslizaba su nave una poetisa.
Qué hacés me dijo, sin mirar: ¿sufrimos?
No es para tanto: dije, y nos reímos,
De la mano los dos amanecimos,
Y un ventanal y medio nos rompimos.
Has perdido por mucho la partida:
Me dijo, has sucumbido
Tu Rey, ya veis, yace abatido
Nuestra es ahora tú razón, tu vida.
Cuarenta y siete libras de ceniza,
Te extraerán del brazo con cuchillo,
Y un alacrán bordado con ganchillo
En el pecho pondrán de tu camisa.
No sabrás si rendirte ante sus mimos
O revelarte estoico sin quejidos,
Intentarás reír con alaridos
O llorar dibujando una sonrisa.
Pero no escaparás de los abismos
Que a cada lado de tu piel zurcimos:
El día que los dos amanecimos
Un nuevo hombre lobo concebimos.
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