CAPITULO 24
Martes 21 de Agosto
La noche anterior, al reunirse con Jennifer, Alex había diseñado un
método para manejar la información.
Rentarían una oficina en un edificio cercano a WTC 7, para facilitar la
movilización de Alex, equiparían esta ubicación con cargo a las tarjetas de
crédito que tenía y pondrían a funcionar un señuelo.
Al mismo tiempo, en el edificio donde vivía Jennifer, en una suite que
era de su propiedad en la planta baja del edificio, montarían otra oficina, con
cuyos gastos correría Jennifer y cuyo manejo estaría en manos de Williams su
mayordomo.
Según Jennifer era un hombre de suma confianza y no sería la primera
vez que se encargaría de hacer un trabajo de ese tipo. Había estudiado en la
Academia Británica de Mayordomos y Amas de Casa, bajo la dirección de Sara
Vestin Rahamani y en su historial de trabajo, tenía cinco años al servicio de
Stella Rimington directora del MI5 británico. A Jennifer, le había hecho dos
favores que no se los podía pedir a nadie.
A esta oficina que de ahí en adelante se le conocería como Williams, se
enviaría toda la información que llegue a la nueva oficina personal de Alex,
que se la conocería como Sherwin en honor a un abuelo de Jennifer, pero cuyo
nombre permitiría a los involucrados argumentar que estaban hablando de
pinturas cuando alguien trate de vincular Sherwin con Williams. Era un pilas el
Sigilo. Longo, pero pilas.
En medio de una deliciosa cena en uno de los mejores restaurantes de
Manhattan, Alex descubrió que la personalidad de Jennifer iba más allá de lo
que pudo imaginarse y cuando le contó en que había estado involucrado, se
entusiasmó tanto, que Alex pensó que también tenía algún interés en el asunto.
Pero no, era que Jennifer como mujer inteligente, no podía soportar la
imagen de bobo de George W. Bush. Para ella era un muchacho malcriado a quien
su padre no castigó después de la primera estupidez que cometió y de ahí en
adelante tuvo el camino libre para seguir haciéndolo. Que cómo llegó a ser
Presidente de los Estados Unidos, hay mucha gente que todavía se pregunta lo
mismo.
Y Jennifer pensaba que Bush debía estar atrás de esto, no como
ejecutor, porque no tenía la inteligencia, pero sí aceptando que se haga, para
poder presumir con su padre cuando él le contaba las hazañas que había cometido
como presidente.
Por eso, más que por otra razón de orden personal, decidió ofrecerle su
apoyo financiero y personal, para sacar adelante esta investigación.
Luego de la cena, la había acompañado a su casa, pero se despidió de
inmediato, no por su gusto sino por respeto a Williams a quien ya consideraba
un personaje. En su vida de pesquisa él había conocido a muchos ministros de
Gobierno que no le llegaban a los tobillos al mayordomo inglés.
Cuando llegó a la oficina esa mañana, había noticias nuevas que
apresuraron la búsqueda de la oficina adicional. El edificio 7 albergaba varios servicios
administrativos, entre ellos el puesto de mando de crisis de la alcaldía de
Nueva York y la principal base de la CIA fuera de su sede de Langley.
Esa base, creada inicialmente para espiar a las misiones extranjeras en la ONU,
se especializó – durante la presidencia de Clinton – en el espionaje económico
dirigido hacia las grandes empresas de Manhattan.
Entre las
investigaciones que estaban a cargo de esta oficina, había una que realmente
era molestosa para el sistema judicial norteamericano y más aún para un
conglomerado de perjudicados: el caso ENRON, que parecía ser el mayor caso de
fraude en los Estados Unidos.
Una famosa empresa
auditora Arthur Andersen, parece que había maquillado las cuentas de la empresa
para tapar una serie de pérdidas millonarias que arrastraba de los últimos
cinco años.
Con esa cercanía en
el mismo edificio y sabiendo cómo se estaba presentando el panorama, Alex
Sigilo apremió al Jefe de Logística para que a la brevedad posible, tenga listo
el material para utilizarse en ese proyecto. Habían acordado con Johnson y Stan
Lee, que se referirían a ésta como una oficina de asesoría externa.
Pero sólo él
conocería su ubicación, aunque todos sabían que solamente con los GPS de los
teléfonos y las computadoras, lo tenían ubicado.
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