lunes, 20 de abril de 2015

LAS TORRES GEMELAS 35




CAPITULO 35

Lunes 2 de Septiembre de 2001

Continúa…

Aprovechando la guerra del Golfo y una diplomacia estadounidense favorable al régimen saudí, Carlyle entra en contacto con el príncipe Alwaleed bin Talal, entonces con 35 años de edad, sobrino del rey Fahd y estudiante egresado de escuelas en los Estados Unidos. Poseedor de una gran fortuna cuyo origen sigue siendo desconocido, en esa época bin Talal quiere hacer inversiones en los Estados Unidos.

El clima político es allí favorable, y la crisis financiera incita a los banqueros a buscar dinero en los sitios donde lo encuentren. Uno de los mayores bancos del país, el Citicorp, busca así 1,500 millones de dólares para mantenerse a flote. Consciente de la oportunidad, el príncipe Alwaleed acude a un bufete de negocios de Washington para entrar en acción.

Éste le aconseja recurrir a los servicios del grupo Carlyle, que posee múltiples posibilidades en materia de conexiones políticas que pueden resultar útiles al príncipe. La maniobra, no obstante, choca con la negativa de varios miembros del Congreso, opuestos a que los bancos estadounidenses fuesen controlados por inversionistas extranjeros.

La habilidad para actuar de Stephen Norris permite finalmente obtener el acuerdo indispensable del Federal Reserve Board, con la condición de que el príncipe Alwaleed no intervenga en la gestión del banco. De ese modo, el 21 de febrero de 1991, el Carlyle Group puede vanagloriarse de haber permitido que el príncipe saudí invirtiera 590 millones de dólares en uno de los principales bancos estadounidenses. La maniobra permite al príncipe Alwaleed poseer potencialmente el 15% de las acciones de Citicorp (Citibank), lo cual lo convierte en uno de sus principales accionistas.

Carlyle aprovechará su posición ventajosa para adquirir en 1992 une empresa poco conocida, Vinnell, que en el Medio Oriente debe servir a la experiencia militar de Carlyle. Vinnell es una sociedad privada cuya actividad consiste en entrenar ejércitos extranjeros cuando estos lo requieran.

Desde 1975 se encarga de la formación de las fuerzas armadas saudíes, y de sus mercenarios, compuestos por los elementos más aguerridos de las Special Forces, combatieron junto a las tropas regulares en la Guerra del Golfo en 1991. En aquellos momentos, una comisión investigadora del Congreso impulsada por el senador Henry Jackson, había revelado que los criterios de reclutamiento prohibían que se enrolase a toda persona de religión judía.

Después, la sociedad se ve involucrada en el escándalo Irangate, ya que Richard Secord, general retirado de la Air Force que trabajaba para Vinnell, se vio implicado en ello como cómplice de Oliver North.

La adquisición por Carlyle no cambiará en nada las actividades de Vinnell. Por el contrario, de 1992 a 1995 irá acompañada de un fortalecimiento de la presencia militar estadounidense en la región. En 1995, las oficinas en Riad de Vinnell y de BDM, dos sociedades en manos de Carlyle, son sacudidas por un sanguinario atentado que causa siete muertos, entre ellos cinco estadounidenses.

Las oficinas afectadas son las que mantienen el contrato de Vinnell con la Guardia Nacional en momentos en que un gran número de saudíes quieren que el ejército estadounidense se retire del país.

Este asunto provoca un gran escándalo en los Estados Unidos y múltiples testimonios anónimos sacan entonces a la luz que Vinnell, en realidad, es una fachada para las operaciones de la CIA, encargada en Arabia Saudí de infiltrar agentes en el ejército nacional. Según un ex empleado, incluso después de la nueva adquisición por BDM (léase Carlyle) de la sociedad, esta habría conservado toda su autonomía.

Esto levanta una parte del velo y muestra el color político y las intenciones de los dirigentes del Carlyle Group. No obstante, estos revenden Vinnell en 1997, lo que no impide que esta sociedad continúe sus actividades en Arabia Saudí.

 
Continuará …



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