CAPITULO
23
Lunes 20 de agosto de 2001
Después de un fin de semana fantástico en compañía de
Jennifer, Alex regresó renovado al trabajo.
Tenían nueva información reunida el fin de semana y al
parecer reinaba una molestia difícil de disimular con Sigilo por su
desaparición de esos dos días.
Johnson insistió dos veces en que fue a buscarle al hotel, lo
había llamado infinidad de veces pero sin obtener respuesta.
Él evitó el diálogo y luego de disculparse con todos
aduciendo problemas personales, trató de que el interés de las noticias nuevas,
cubra la inconformidad reinante.
Ventajosamente había muchas noticias nuevas, que eran malas
para todos, pero buenas para él en esos momentos.
Se pudo conocer que el 10 de Julio el agente del FBI, Kenneth
Williams, envió el informe Phoenix, en el que advierte que militantes
fundamentalistas islámicos, estaban estudiando en escuelas de aviación dentro
del país, y preparaban un atentado utilizando aviones; por supuesto, nadie lo
escuchó.
Alex se preguntó ¿Por qué en escuelas norteamericanas y no en
el exterior, donde no podía haber ningún control ni referencia?
Porque se
quería que quede constancia de esas prácticas, pensó, para poder culpar
documentadamente a los islamistas.
El 6 de agosto el Jefe de la CIA había informado al
presidente Bush, que estaba de vacaciones en su rancho de Crowford, Texas, que
Obama Ben Laden y los suyos, preparaban ataques generalizados. Bush no hizo
caso de los informes.
El 17 de Agosto había sido arrestado Zacarías Moussaoui, por
actividades sospechosas en una escuela de aviación de Minneapolis, pero el FBI
prohibió a su agente y abogada Coleen Rowley que continúe con las
investigaciones sobre Moussaoui, a pesar de tener evidencias de que planeaba
secuestrar un avión comercial para estrellarlo contra un edificio federal.
Los servicios de inteligencia franceses habían advertido a la
CIA sobre los antecedentes de Moussaoui
que vivía en los Estados Unidos desde principios de los 90 y que había
obtenido una maestría en Negocios Internacionales en Oklahoma. Había salido de
los Estados Unidos en 1998 para ser entrenado en Pakistán y regresó en 2001 a
tomar cursos de pilotaje aéreo.
El nombramiento de Robert Mueller para el cargo de Director
del FBI había sido aprobado por la Comisión Judicial del Senado, lo que
significaba que en pocos días más todo el montaje que tenían en ese piso tenía
que ser tirado abajo, porque según Pickard, sospechaba que el nombramiento de
Mueller tenía que ver con lo que se estaba haciendo para el ataque que todos
esperaban.
Ventajosamente para Sigilo, Mueller tuvo que ser operado de
un cáncer de próstata, lo que les daría unos días más de plazo para adelantar
las investigaciones.
Había noticias que existía una movilización
importante de miembros de la FEMA Agencia para el Manejo de Situaciones de
Catástrofe, una Agencia que era dirigida por Joe Allbaugh, hombre de confianza
de George Bush, y que fue su tesorero de campaña, en las últimas elecciones.
El asunto de Mueller ayudó a que Alex Sigilo
logre hilar fino, y disimuladamente, luego de terminada la reunión propuso a
Johnson y Stan Lee, que podría montar una oficina personal con la información
que tenían y la que seguiría llegando, con el fin de que si se daba el caso de
desmantelar la actual, no perder todo lo que se había investigado.
Les pareció una buena idea, hasta que Sigilo
sugirió que por seguridad, la ubicación de esa oficina solamente la conocería
él y nadie más. Ambos protestaron aduciendo que ellos eran los que manejaban la
operación y no Sigilo, pero tras el argumento de que a ambos los ubicarían
fácilmente y que eran rastreables por los servicios secretos, aceptaron con la
condición de que nadie más que Sigilo se entere de la información que contenía.
Fue un triunfo fácil y el primer paso de lo que
había planeado con Jennifer ya era un éxito.
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